viernes, 8 de mayo de 2009

Viernes 8 de Mayo de 2009





La sequía que afecta el sur de Brasil y al noreste de Argentina transformó uno de los paisajes más conocidos del mundo, las cataratas del Iguazú. El flujo de agua disminuyó y las paredes de piedra quedaron descubiertas.
El río Iguazú baja con escaso caudal,por lo que el volumen de agua disminuyó en un 90% y las asombrosas caídas de sus 250 saltos se convirtieron en pequeños chorros. Los paseos náuticos ya fueron suspendidos.

Los saltos Bossetti, San Martín, Dos Hermanas, Velo de Novia, Alvar Núñez, Arrechea, entre otros, muestran rocas grises al desnudo entre follajes e hilos de agua. Los operadores turísticos, agencias hoteleras y funcionarios del Parque Nacional del Iguazú aguardan las lluvias de otoño, que se están haciendo esperar demasiado, algo con pocos antecedentes en esta región.
Ayer el hidrómetro de Puerto Andresito, en la frontera oriental de Misiones, marcaba apenas 0,90 metros cuando generalmente la profundidad del río para esta estación oscila entre los 4 y los 5 metros.

Pero la sequía que afecta a Brasil mostró un lado positivo, porque un grupo de ecologistas de ese país aprovecharon para limpiar el lugar. Al pie de las caídas, donde el lecho del río Paraná está prácticamente seco, integrantes de una ONG se zambulleron y quitaron todos los desechos: plásticos, máquinas de fotos, pilas, botellas y hasta paraguas.
Una parte de estos desechos puede originarse en otras ciudades sobre el río, pero la mayoría es arrojado por turistas, según el ecologista Tassio Lima. La región sur de Brasil sufre la peor sequía de los últimos 80 años


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